Cuando empecé a escribir este Blog, el 30 de junio de este año que ya casi se va, el título de mi primer post fue «Me animé». Finalmente pude dar ese paso que hacía unos cuantos meses quería dar pero que por trabas mentales no lo hacía. Ese día me animé a hacer lo que tenía ganas, lo que me hacía bien. Nada más simple que esto. Pero nada más difícil al mismo tiempo. ¿Por qué cuesta tanto? Me di cuenta de que la vida es una, no hay ensayo, es ahora y es acá, entonces no se puede perder el tiempo. La vida es YA.
Hoy, despidiendo este 2016 que para mí fue de autodescubrimiento y superación, vuelvo a elegir el mismo título para escribir este ultimo post del año, un año en que me animé a sacarle punta a mi felicidad. Nada más y nada menos. Me animé a escucharme, conocerme y cuidarme más, me animé a reconocer mis miedos y darles pelea, me animé a sacar el ancla y accionar, me animé a cultivar el amor propio y a evolucionar, a sentirme contenta conmigo misma, a no posponerme, a estar más atenta a mis emociones y necesidades. Me animé a hacer lo que tenía ganas, a no darle tantas vueltas a las cosas, a que cada vez me importe menos lo que piensen los demás; me animé a tomar las riendas y a disfrutar. Me animé a hacer más de lo que me hace feliz. Lo más lindo es que una vez que lo hice, caminé más liviana y segura, más contenta y en paz. Y así todo fluye mejor.
Si hay algo que quiero enseñarles a ellos es que también se animen a hacer más de lo que los hace felices. ¿O será que fueron ellos los que me lo enseñaron a mí? Quiero que se animen a reírse más, a quererse más a ellos mismos, a jugar más, a soltar lo que no suma y hacer más y mucho de todo eso que llena el corazón.
¡Por un 2017 de animarse a más!
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