#MartesDeRelato

CUMPLEAÑOS Y SERENDIPIA

La noche del 30 de mayo del año pasado, mientras todos dormían, me serví una copa de tinto y, en pijama, abrí este blog. Ya lo venía garabateando en mi mente hace tiempo pero esa noche cobró vida. Empecé a escribir y las palabras salían de a montones, como si hubieran estado atrapadas hace mucho adentro mío. Me acuerdo de que la chimenea chispeaba, mi copa se iba vaciando y el chiflete de una noche fría se colaba por algún hueco en mi vieja casa del campo. El campo tuvo mucho que ver con el nacimiento de este espacio. Viviendo en el medio de la naturaleza el silencio a veces se hacía demasiado y encontré en la escritura una ventana al mundo y, además, una buena compañera. En ese entonces empezaba a aprender lo que es ser mamá de dos y necesitaba compartir esa aventura que tiene mucho de amor pero también de vértigo.

A lo largo de estos 365 días pasó de todo. Lo que empezó como un lugar de reflexión y catarsis se convirtió en un espacio de encuentro y, principalmente, de identificación. Descubrí que mis experiencias también eran las de otras y que a esas otras les hacía bien leerme, quizás para no sentirse tan solas en este baile. Ahí es donde entra la serendipia, que es «un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa». Yo buscaba liberar emociones a partir de mis relatos, y aparecieron cosas que ni me imaginé. Me dedicaron palabras muy cariñosas y de manera desinteresada, me preguntaron si era psicóloga y dónde atendía, me tradujeron al alemán y también llegué hasta México. Hubo algunos que me cuestionaron y otros hasta me plagiaron. Hay quienes me eligieron para poner en palabras aquello que no sabían decir y hasta me hice «amigas virtuales» que en realidad nunca vi en mi vida.

En este año también saqué muchas fotos. Me río cuando me preguntan con qué las saco. Con el teléfono, claro, y algunas pocas veces con cámara de fotos, cuando tengo las dos manos libres. El tema no es con qué se saca una foto, sino saber encontrar el momento justo para hacerlo. Soy una convencida de que atrás de cada foto hay una linda historia para contar, y eso es exactamente de lo que va este blog. Además, el campo es muy fotogénico y nuestros días en plena flora y fauna se merecían ser retratados.

Hace un año me corrí un poco del camino y decidí caminar otro, acompañada por mis dos fuentes de inspiración. A uno lo llevo de la mano y al otro a upa, igual que hace un año atrás, ese lunes 30 de mayo en el que por fin me iluminé, le hice ole al qué dirán y me encontré animándome a cumplir deseos. Porque la vida se trata un poco de eso, de pedir deseos y también de volverlos realidad. Así que esta noche me voy a servir otra copa de tinto y voy a brindar a la distancia con todos ustedes que me leen, por este cumpleaños feliz que vino con yapa de serendipia. Salud!

Post Anterior Siguiente Post

Quizás también te guste

sin comentarios aún

Dejame tu comentario