#MartesDeRelato

EL TERCERO

El tercero se entera de que es tercero cuando todavía no saltó al mundo. Mientras baila en ese líquido espeso que lo abraza empieza a saber que del otro lado la cosa no es moco de pavo. Desde la panza se mueve al ritmo del tema de Paw Patrol -que no logro dejar de entonar cada vez que me baño- y se queda quieto cuando dos voces debaten cuál será su nombre. También escucha los gritos de un par de niños a los que solo les conoce la voz pero de los que -ya sabe- estará inapelable y poderosamente unido para siempre. Una patada disimulada le hace pensar que estar adentro es más seguro, pero una caricia -también disimulada- le confirma que vale la pena conocer esa locura amorosa y algo ciclotímica que anida del otro lado.

Resulta que con el tercero se resignifica la definición de puerperio. No hay tiempo de lamentos ni de preguntas existenciales que tal vez te hiciste con los primeros dos. Ahora, si frenás y dudás, la vida misma se pone a saltar encima tuyo. Y ojo que la vida pesa, eh. También se revoluciona lo que conocías como «tener paciencia». Con tres hijos me enteré -a los tumbos y en la cancha- de que no tenía idea lo que era, en realidad, tener paciencia. No sabía que podía estirarse desde Purmamarca hasta Chivilcoy pero que también podía perderse en el camino. La paciencia, digo. La pierdo 7 de cada 10 noches pero voy aprendiendo a hacerlo de manera amable. Algo que tampoco sabía. La concepción del tiempo también muta y la cuestión es poder terminar una serie en menos de seis meses, y un libro…ah no, un libro nunca más.

El tercero piensa que el esterilizador es un juguete, primero porque no tiene juguetes propios ni nuevos, y segundo porque ese aparato nunca más tuvo que cumplir su función: la de esterilizar. Entonces sospecho que la mejor inmunidad que les podemos dar es la de no esterilizar nada. Te lo digo a vos, mamá de uno o de dos, que esterilizás chupetes y mamaderas unas 574 veces al día. El tercero no necesita muñeco de apego y no aparece en las fotos familiares que decoran tu casa porque, con tres, ante todo prioridades. Y no voy a repetir que no se le abrochan los botoncitos del body porque eso ya es cliché.

Con dos hijos tenía todo bajo control y no lo sabía, entonces llegó el tercero y me escandalizó la humanidad. El silencio se vuelve lujo y, la soledad, una coca light en el desierto. Durante el embarazo, los mails de los portales de maternidad que te cuentan que «tu bebé tiene el tamaño de una piña mediana» ahora te llegan al spam, y ya no volvés a extrañar a tus hijos mientras duermen.

Con el tercero se multiplican los brazos y los abrazos, los ojos y los desencuentros, las puteadas por lo bajo -bueno, por lo alto también- y el agradecimiento. Pero no me arrepiento ni un solo día de vivir en este caos continuado. Me hubiera arrepentido toda la vida de no haberme animado.

Post Anterior Siguiente Post

Quizás también te guste

8 comentarios

  • Comentar Cata 12 noviembre, 2019 at 20:56

    Es espectacular este comentario. Tengo 3 varones como vos y no puedo creer lo identificada que me siento con la mayoría de tus relatos. Felicitaciones! Gracias por compartirlo así no sentimos las mamás de 3 que no estamos solas jaja

  • Comentar Aki 12 noviembre, 2019 at 21:00

    Una genialidad más de martes! Clap!
    Me hiciste reír c lo de que el tiempo muta… en casa pasó a medirse en la cantidad de veces q suena la cancioncita para q el niño se duerma ????

  • Comentar Pamela 12 noviembre, 2019 at 21:43

    Ufff que alivio leer este blog. Totalmente de acuerdo!! No me cuestiono si soy una buena o mala mamá porque siempre hago lo mejor que puedo pero a medida que van siendo más grande me toma más trabajo ser esa mamá superheroina que está para ellos cada vez que lo necesitan y si bien me cuesta aceptar que no lo puedo lograr, me doy cuento que a ellos les sirve un poquito más que así sea. Gracias por compartir tu experiencia!

  • Comentar Pia 14 noviembre, 2019 at 19:53

    Mechi! Me gusta tanto!! Será que me siento tan pero tan identificada!! Y eso me tranquiliza… por que juro que a veces creo que estoy loca… eso si ya voy por el cuarto varón… tiene en 13 y 2 años… el caos es total !!!

  • Comentar Mercedes 27 noviembre, 2019 at 00:58

    Ay por favor, qué placer da leer tus relatos! Cada palabra bien puesta, cada sentimiento que nos hace sentir identificadas. Te felicito, tenés un don increíble. Gracias por compartirlo

  • Comentar Ana 4 diciembre, 2019 at 07:46

    Con el tercero uno se perdona más, se afloja
    Que lindo escribís

  • Comentar Mel 15 enero, 2020 at 12:00

    Gracias! Me encanta leer tus relatos, estoy esperando mi tercer varón. Hermoso como escribís! ????

  • Comentar Sole 23 diciembre, 2020 at 12:42

    Q’ relato! En estos tiempos, aún más leer algo así… Por acá, esperando mi tercer bb

  • Responder a Pamela Cancelar comentario