#MartesDeRelato

ESCUCHO NIÑOS LLORANDO

Hay escenas del cine que no me olvido y una de ellas es la de ese niño medio tenebroso que lo mira a Bruce Willis muy fijo y le hace una confesión: “veo gente muerta” (I see dead people). Todos vimos Sexto Sentido, ¿verdad? Si no la viste entonces tenés tarea para el hogar. Yo –gracias a Dios y a todos los santos- no veo gente muerta pero hoy vengo a traer mi confesión, casi tan tenebrosa como la de la película: escucho niños llorando (léase en voz baja).

Los escucho aunque no esté con ellos y esto es lo más escalofriante del asunto. Los escucho en la ducha mientras me baño. Con el shampoo en el pelo y un tema a medio cantar, oigo a lo lejos niños que lloran y entonces puteo por lo bajo. Sí, las madres puteamos por lo bajo y es fantástico, desconfiá de aquella que «dice» no hacerlo. Trato de cerrar la canilla con una mano llena de jabón. Cuando por fin lo logro y me quedo quieta como estatua, con la oreja parada y la cabeza llena de espuma, escondida detrás de una cortina de baño que oculta esta imagen semi patética, finalmente lo único que escucho es silencio. ¿Pero cómo puede ser? Si lo escuché muy claro. Me apuro a prender la canilla de nuevo y cuando quiero seguir cantando, lo vuelvo a escuchar. No me dejan terminar de cantar en paz, pucha. Pero cuando vuelvo a cerrar, hay silencio otra vez. Nadie llora. Escucho niños llorando… en mi imaginación. Se me cruza por la cabeza la fatídica idea de que voy derechito a la esquizofrenia pero mejor echo a patadas a este pensamiento. No hay mucho tiempo para pensar, necesito poder enjuagarme la cabeza y terminar el tema, si es posible de corrido.

Lo mismo me pasa cuando está la televisión prendida, el control remoto que busca alguna serie nueva, la noche en pañales, la libertad a flor de piel, la individualidad individual de uno, que vuelve a ser de uno. En la heladera, un pote de dulce de leche espera ser atacado por dos cucharas, por la ventana se asoma la luna. La charla inminente con el padre de las criaturas, la intención de ponerse al día, el rodete a punto de soltarse, el pj que te abraza. De pronto, llanto. Entro en estado de alerta, amago a hacerme el rodete, la ilusión de unos masajitos en los pies se desvanece. Bajo el volumen de la tele a cero. Silencio. Nadie llora. Cuando subo el volúmen escucho ese llanto una vez más. Pero cuando lo bajo, no hay nada. Mi marido me mira fijo, con el ceño fruncido, con una mirada parecida a la del niño de Sexto Sentido, tal vez pensando ‘ y a ésta que le pasa, nadie llora’. Confundida, me desato el pelo, respiro hondo y sonrío. Otra vez la idea esquizofrénica que me asalta, pero esta vez tampoco tengo tiempo. Es que hay un dulce de leche esperando en la heladera.

En la oscuridad de la noche, allí en las profundidades de la madrugada, en el silencio hondo de los sueños, cuando estoy felizmente babeando la almohada, cuando finalmente encuentro la posición perfecta, de costado y con una pierna afuera, siempre; cuando no necesito que nadie llore; ahí mismo, los llantos siempre son reales. Ciertos, crueles, desafortunados, verdaderos, demandantes, agudos, despiadados, recurrentes. Y mientras cargo a un bebé que se calla apenas lo alzo, allí en las tinieblas de ese cuarto, pienso en el niño de Sexto Sentido, en Bruce Willis, en la cuota de esquizofrenia que todas las madres tenemos y vuelvo a putear por la bajo. Porque todas las madres puteamos por lo bajo. Recordá huir de quien te diga lo contrario.

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5 comentarios

  • Comentar Lucila 24 septiembre, 2019 at 22:04

    Hoy justo estábamos sentados en el balcón con mi marido y me dice, qué quiere ahora? Quién le pregunto, y Cruz me dice, me está llamando… y no, no lo estaba llamando jajajaja en este caso el padre está esquizofrénico.

  • Comentar Nat 25 septiembre, 2019 at 06:49

    Sufrí la misma esquizo los primeros meses de vida de mis hijos.. yo pensaba q siempre tenia la “suerte” de que hubiera algun vecino tambien con bebé chiquito y llanto parecido.. mucha casualidad.. después noté que era mi cabecita.. debe ser algun mecanismo de protección de nuestras crías.. eso elijo pensar #jamasloca

    Me viene bárbaro tu consejo de huir de la que se quiere auto convencer diciéndote que no putea a sus hijo nunca.. estoy en ese proceso de la huida

  • Comentar Delfina 25 septiembre, 2019 at 20:11

    Tan real como el llanto del niño que tengo en el asiento de atrás del auto y ni bien lo feno en la cochera se despierta. Puteo por lo bajo… y se lo perdono: por lo menos durmió hasta el punto final del post.

  • Comentar Tatiana 9 octubre, 2019 at 00:45

    Ayyyyy es tal cual!!! Acabo de terminar de lavar los platos y cerré 2 veces la canilla diciéndole a mi marido, alguno llora… Y me mira como » esta loca, siempre lo mismo» es q te juro que me pasa igual. Y sabes que , reflexionando creo que una los escucha cuando tiene miedo de que se larguen a llorar y no puedas terminar tranquila de hacer lo que necesitabas hacer… De corrido! Ja … Sea ver tele, lavar los platos, bañarte etc etc

  • Comentar Natalie 16 octubre, 2019 at 23:30

    Me muero! Pensé que a mi sola me pasaba escucharla llorar y que no sea ella! Me siento medio loca cuando voy 5 veces seguidas al cuarto y veo que duerme plácidamente!
    Me pasa en la ducha, en la cocina y mirando la tele! Lo solucioné con un video call que se pre de cuando hay sonido en el cuarto jajaj besos!!!

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