#MartesDeRelato

5 COSAS QUE ODIO DE MÍ (O MIS 5 DRAMAS COTIDIANOS)

De las redes sociales cada tanto me empalaga la construcción de vidas perfectas de mujeres perfectas con ropa que le queda perfecta en sus casas perfectas rodeadas de hijos perfectos que se portan perfecto y comen perfecto. Es difícil de sostener, además de aburrido de ver. Mujeres a las que no se le corre un pelo de lugar y que siempre están impecables. Te pido perdón si alguna vez te confundí y creíste eso de mí. ¿Tengo una vida perfecta? Pues no, padezco de los mismos dramas que vos. Así que hoy vengo a derribar mitos y te comparto 5 cosas que odio de mí (o mis 5 dramas cotidianos).

1. Estoy embarazada de cinco meses y medio y llegué al punto en el que nada me entra o nada me queda bien. Entonces vestirme se convierte en una odisea. Estoy lejos de ser como esas afortunadas genéticamente a las que sólo les crece una panza divina y todo el resto se mantiene -más o menos- igual. A mí me creció todo y se me estaría complicando salir de casa de una manera decente. En poco tiempo me toca sacarme el anillo de casada porque -claro- ya casi no me entra.

2. No hay que subestimar a las hormonas. Ellas -a veces- lo manejan todo y me hacen hacer o decir cosas de las que no estoy del todo de acuerdo. Como si existiera un yo paralelo con las riendas de mis reacciones o emociones en su haber. Si te cruzás conmigo, tal vez te diga sin anestesia todo lo que pienso, sin filtros bonitos como los de instagram, capaces de cambiar realidades y de recortar lo que no nos agrada. Si te cruzaste conmigo, perdón. No sos vos, soy yo. Bueno, son mis hormonas.

3. Me cuesta el pelo suelto y más en este estado en el que ya no quiero belleza, sólo comodidad. Soy abanderada del rodete desde siempre -no para esconder un pelo mediocre, porque de mamá heredé una linda melena- pero me encantaría poder llevarlo suelto y revolearlo sin miedo. Pero la vida da mil vueltas y yo jamás pensé que una mata de pelo desordenado y atado podría traerme tantas satisfacciones como lo hace mi viejo y querido #MeSacoElRodete.

4. Soy desorientada y me pierdo aún usando Google Maps. Cuando la voz me dice «diríjase al nordeste» a mi me dan ganas de llorar, y cuando en las rotondas me anticipa que salga en la tercera salida, también me dan ganas de llorar. Odio las rotondas, odio que me guíe usando los puntos cardinales. Basta. Confieso que aún me cuesta el «Tire» o «Empuje», realmente tengo que frenar a pensarlo. También confieso que apreto los dos botones del ascensor, la flecha que va para arriba y la que va para abajo, porque siento que así viene más rápido. Hace muy poco aprendí a descorchar el vino y me sale bastante mal. También sufro con los abrelatas, jamás te abro una lata de una. Tengo que concentrarme un montón. Bueno, che, todos fallamos en algo.

5. No duermo bien a la noche desde hace casi tres años y en pocos meses empiezo a dormir peor. Como que no tuve tiempo de recuperarme y ahora todo vuelve a empezar, triplicado. Este es un drama cotidiano que comparto con muchas otras mamás, sé que no estoy sola en esta lluvia. A todas las mamás que duermen bien desde que sus bebés tienen 1 mes de vida, les mando un besito. (Perdón, no soy yo, son mis hormonas).

¡Ahora te toca! ¿Cuál es tu drama cotidiano o eso que no te gusta de vos?

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